Precio del dólar: saltó el fusible... / 20-XI-2019
El precio del dólar está en $800
pesos.
Lo anterior, estimado auditor,
significa ni más ni menos, que el poder adquisitivo del peso se desplomó.
Recordemos que, al 18 de
octubre, hace casi 4 semanas, fecha en que empezó el carnaval de
manifestaciones, saqueos, quemas de propiedad, y esta afiebrada primavera, el
dólar se cotizaba prácticamente $80 pesos más bajo.
Como el dólar es un activo
financiero, se comporta como un verdadero fusible de la economía. Su
variabilidad, en nuestro sistema, expresa la incertidumbre económica del país,
de los agentes, y eventualmente, de los factores, cuestión que en nuestro país aún
no ocurre, pero pronto se hará presente. Esto es, de los insumos y productos
necesarios para producir bienes o servicios. El dólar salta primero que otros
precios, pero luego le siguen los precios mayoristas y luego los minoristas.
Decir que con este quilombo
que tenemos no nos ocurrirá nada en nuestras casas, en nuestros trabajos, en
nuestros emprendimientos, es querer tapar el sol con el dedo meñique.
Ya lo dicen algunos
economistas, con la proyección decreciente de nuestra economía, pronto la tasa
de desempleo será de dos dígitos, lo que traerá como consecuencia, que la
cesantía afectará a más de 1 millón de compatriotas.
Adivine ¿quiénes serán los más
perjudicados, es decir, quienes se quedarán sin empleo primero?
Los más pobres, los que tienen
menos capacitación o formación profesional, los jóvenes menores de 30 años, y
las mujeres.
Exigimos tanto, que no nos
damos cuenta que lo que nos ocurre hoy día, es provocado por nosotros mismos.
Es como hacernos una protesta
mirándonos al espejo. Es como exigirnos mejores condiciones de vida mirándonos
al espejo. Puede servir claro, para aumentar nuestra confianza, incluso como
terapia para darle batalla a la depresión, pero el resultado será siempre el
mismo.
Porque el mercado actúa de
manera inmediata Reacciona de acuerdo a señales, e incluso, cuando alguien
intenta dominar, manipular o cambiar por la vía de leyes y decretos, esas
señales, el mercado igual condena a las personas y a los sistemas.
Eso pasa, cada vez que un
gobierno se mete con los precios de los bienes y servicios, por ejemplo. Cada
vez que alguien se le ocurre controlarlos, crear bandas de precios, fijarlos
por decreto, los mercados responden, y finalmente la economía decae hasta
despedazarse.
Es como poner a enfriar el
termómetro en vez de atacar la fiebre. La fiebre no bajará, por el contrario,
se puede agravar y terminar matando el paciente, pero algunos insisten en meter
el termómetro en el refrigerador.
Los precios son señales por
las que el mercado se coordina, fluye y luego cumple su ciclo. Como en Chile no
existe banda de precio sobre el tipo de cambio, entonces en ese mercado, el
precio ha subido principalmente por las señales internas que se le han dado a
la economía los últimos años, por que digamos las cosas como son, desde que el
gobierno populista de izquierda de Michelle Bachelet comenzó a profundizar
cambios estructurales en base a reformas tributarias, laborales, educacionales,
los resultados económicos del país comenzaron a ser verdaderamente mediocres.
Crecer a tasas del 1,5 % anual
mientras el promedio mundial es el doble es mediocridad pura.
Algunos dirán: claro, pero si
nos comparamos con Argentina que desde hace 10 años no crece, estamos muy bien.
Yo les contestaría, mejor que nos comparemos con Somalía o con la propia
Venezuela En esa comparación apareceríamos como extraterrestres.
El aumento del dólar se
explica en mucho menor medida hoy, por los fenómenos externos, por tanto, para
los que le quieren endosar la responsabilidad del derrumbe del poder
adquisitivo en el país a factores internacionales, hoy quedan en evidencia.
Sin lugar a dudas, lo que ha
sucedido hace prácticamente un mes, ha sido un torpedo directo a la línea de
flotación de este barco llamado Chile.
Sólo en los destrozos a los
bienes públicos, los violentistas -y me he propuesto no adjetivizar, por lo
menos el día de hoy a estos descerebrados- son causantes que el Fisco deba
desembolsar más de U$1.000 millones de dólares, que no tenemos en caja, que no
tenemos disponibles en el presupuesto, y que obligarán al país a endeudarse.
Quieren terminar con las
desigualdades, pero le heredan desde ya el pago de 5 mil millones de dólares a
chilenos que aún no han nacido.
Ese es el nivel de locura de
personas que no se detienen a pensar ni a responsabilizarse, porque huyen, y
cuando los encuentran lloran y se victimizan.
El aumento del precio del
dólar traerá un aumento que ya empieza a notarse en los precios de las canastas
básicas de productos: los combustibles, los alimentos de primera necesidad, el
transporte, la ropa y vestimentas y los artículos importados que, en una
economía tan globalizada como la nuestra, son mayoría. Pero también
significará, de manera más paulatina, una caída sistemática de los salarios
reales y del empleo.
Con su sueldo, ahora no podrá
comprar ni pagar lo mismo que compraba o pagaba, por ejemplo, hace dos meses, y
en cuanto al empleo, como además estos gobiernos tibios que se dicen de libre
mercado han mantenido el sueldo mínimo, es decir, les han regalado a los malos
empresarios un techo de remuneraciones, lo que les conviene enormemente, el
desempleo afectará a los trabajadores con menos estudios, con menor grado de
preparación, con menos grado de experiencia. En ese mismo orden.
Pero, además, afectará a los
técnicos y profesionales que se incorporan recién al mercado laboral, porque
habrá menos oportunidades de conseguir un trabajo y aún consiguiéndolo, el
sueldo o remuneración tenderá siempre a acercarse al mínimo.
Habrá más oferta de mano de
obra que de empleos lo que hará que los precios de los salarios sean siempre a
la baja.
Gracias partido Comunista de
Chile por terminar de jodernos la vida.
Y si esto fuera poco, las
pensiones se verán también directamente afectadas. Aun con el aumento del pilar
solidario y la inyección de recursos a las pensiones básicas, el aumento de un
20% promedio que ha experimentado el precio del dólar en estas 4 semanas, es
mayor que el reajuste, y en general, con el crecimiento que experimentarán las
pensiones, lo que equivale a que los jubilados a partir de ahora, y con el
auspicio del partido Socialista de Chile -no lo olviden- podrán hacer menos con
sus ingresos.
Entonces no dejo de
preguntarme ¿Alguien cree que promoviendo o amparando irresponsablemente este
clima de efervescencia social se ayuda realmente a la gente que más lo necesita?
La economía no es una ciencia
exacta, pero es una ciencia del hombre, por tanto, puede ser divulgada y
entendida en sus principios básicos sin problemas por cualquier persona.
No se puede prever el precio
que alcanzará el dólar. Algunos ya indican que este llegará a los $1.000 pesos
por unidad monetaria. Pero lo que sí se puede asegurar es que mientras más
aumente ese precio, es decir del tipo de cambio, o más tiempo permanezca a los
valores actuales, su precio siempre tenderá al alza, porque la gente que tiene
ahorros en pesos, se refugiará precisamente a partir de ahora, en el dólar,
aumentando la demanda, lo que gatillará siempre un aumento en el precio de esta
moneda.
Todo esto parece sacado más
bien del caso argentino o venezolano.
Lo veíamos tan alejado de
nuestra realidad gracias a la estabilidad institucional con que al menos las
finanzas públicas se han manejado desde las primeras reformas al sistema,
producidas en los años ochenta, que cuesta reconocer que, de ahora en más,
tendremos que preocuparnos diariamente de este tipo de fenómenos.
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