IMACEC de Octubre: cayó la bomba atómica... / 3-XII-2019
Siempre vemos cifras, pero algunas de
ellas resultan más complicadas de entender.
Con todo lo que está sucediendo las
últimas semanas en el país, y sobre todo, con la evidente manipulación de la información
que realizan algunos medios de
comunicación, así como gran parte de la clase política, no importa de qué
sector, que ignoran o prefieren hacerlo, los efectos de sus discursos
populistas, y la irresponsabilidad con que ejercen sus funciones, se hace un
deber, que nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, nos informemos, y a
partir de nuestro propio conocimiento, decidamos lo mejor para nuestra
sociedad.
Todos los días 5 de cada mes, vemos
que el IMACEC, es decir, el índice mensual de actividad económica, se representa
por medio de un porcentaje estadístico, que fluctúa bajando o subiendo con
respecto a otros meses del año, pero ¿sabemos qué significa ello y en cómo nos
puede afectar en nuestro diario vivir?
El Banco Central de Chile es el
encargado de dar a conocer el índice obtenido por el IMACEC.
A comienzo de cada mes, este organismo
autónomo, divulga la información, y tal como dice su nombre, corresponde a
un indicador estadístico representativo de la actividad económica de Chile, que
aproxima en una cifra, el comportamiento de alrededor del 90% de los bienes y
servicios que componen el Producto Interno Bruto (PIB) del país, con
respecto a sus períodos anteriores, usándose siempre como referencia cifras del
año 1996.
Es decir, mide la riqueza que en un
periodo móvil, esto es mensual, alcanza la actividad económica de Chile. Ahora,
este promedio móvil luego se promedia anualmente y su resultado es
correspondiente con el PIB que anualmente mide el crecimiento del país, o como
nos espera con toda seguridad para el año 2020, el decrecimiento que tendrá la
economía.
Independiente de si el resultado del
IMACEC sube o baja, los chilenos siempre se verán afectados con mayor o
menor desempleo, alza o baja en las tasas de créditos, las empresas ofrecen o
cierran las ofertas laborales, y los salarios se podrían estancar dependiendo
si este indicador sufre un alza o caída. Pero la culpa no es de este índice, de
hecho, este no produce nada por si mismo, es solo el que nos entrega la
noticia, el mensajero, el termómetro que mide cómo va la economía.
Es el la forma de registrar de manera
más objetiva, para conocer realmente el estado de salud que en este caso tiene
la economía nacional.
Por lo anterior, cualquier
economista o incluso cualquier persona con algo de sentido común, estará en
capacidad de saber si por ejemplo podremos contratar un crédito, comprar en
cuotas, realizar una inversión o incluso, salir de vacaciones si es que este índice
es positivo, sin embargo, esta también es la mejor oportunidad para pedir
créditos porque el comportamiento de la actividad económica tendrá efectos
sobre las tasas de interés, esto, porque obviamente cuando el ingreso per cápita
cae y aumenta el desempleo, el consumo baja, provocando que por ejemplo el
comercio minorista disminuya sus ventas.
El IMACEC ayuda a los inversionistas a
evaluar el crecimiento o descenso de los valores transados en la bolsa, así
como la capitalización de las acciones de las empresas que se ofertan en ella.
Este ejemplo es demasiado evidente y
necesario para quienes invierten o desean hacerlo en el país. Considere usted
lo importante que es esto. Tanto las inversiones nuevas como aquellas que son
planificadas de realizar en el tiempo, como por ejemplo los proyectos mineros,
no sólo significan ingresos frescos para la economía sino que también, y lo que
nos importa, significan siempre aumento en las ofertas de trabajo o
mejoramiento en las remuneraciones.
Pero también y como ya explicamos, le
sirve a usted que nos escucha, para proyectarse en el corto y mediano plazo.
No nos cansaremos en explicar que el
verdadero crecimiento solo se alcanza cuando el país ahorra y atrae a nuevos
inversionistas.
No hay otra fórmula. No existe otra
opción.
Esto es ciencia económica y no
creencias o discursos de políticos ignorantes, que a estas alturas viene siendo
lo mismo.
Pero a ellos precisamente no les
importa explicarle a usted lo anterior. Porque no tendrían cómo responderle a
una persona que perdió o perderá su trabajo, por apoyar las consignas huecas que
ellos mismos promueven.
Porque no tendrá cara para pararse
frente a un pequeño comerciante que ve perder su capital producto del alza en
los precios de los insumos, consecuencia de la irresponsabilidad de los mismos
de siempre, que mienten sin vergüenza alguna, ofreciendo sueldos mínimos de 500
mil pesos, o pensiones básicas mayores a las que la propia economía pueda responder.
¿Que hacen los gobiernos
irresponsables frente a esto?
Justamente lo que está haciendo el
gobierno de Sebastián Piñera. Generar compromisos que nuestra economía no podrá
solventar si no crece, producto de su propia falta de iniciativa para resolver
con medidas verdaderamente serias los problemas ciertos que nuestra economía no
ha podido por décadas resolver.
Reacciona, pero no está proponiendo.
Responde con angustia y desesperación,
a las demandas que muchas veces, hay que decirlo, se han realizado poniendo la
pistola en el pecho.
¿Cuándo fue la ultima vez que usted
recuerda a un político diciéndole que NO a las masas?
Yo me acuerdo del presidente Patricio
Aylwin en la ceremonia de asunción de su gobierno en el Estadio Nacional.
Año 1990 y con voz firme y clara, le
dice a 70 mil personas que los civiles y los militares eran ciudadanos, eran
chilenos, eran compatriotas y no enemigos.
Para que un político diga que NO a las
masas vociferantes y a grupos de presión, debe al menos reunir 2 condiciones:
tener un programa alternativo que convenza y atraiga voluntades, y tener
capital moral que pueda poner al servicio de los intereses del país.
Saque usted sus conclusiones.
¿Cree que alguno de los políticos
actuales está disponible para poner todo su capital político y humano al
servicio de los intereses del país?
Curiosamente recuerdo sólo a uno, que
ya no está.
En 1991 el senador por Santiago, Jaime
Guzmán Errazuriz, votó en contra del indulto a terroristas condenados por
delitos de sangre. Terroristas que habían asesinado a chilenos aduciendo buenas
intenciones.
Tiempo después, solo semanas después,
no sólo había ofrendado su capital político al liderar desde su escaño la
negativa a este proyecto de indultos, sino que también, entregó su vida al
país, que fue cegada por los mismos terroristas que este político, de otra
dimensión, enfrentó.
Quizás ejemplos hay muchos, es cierto.
Incluso, podemos diferir de si realmente lo son o no, pero en lo que estoy
seguro que vamos a coincidir es que hoy día, luego de tanto descalabro, Chile
necesita más que nunca Estadistas y no políticos de cartón, que se conforman
con lo menos, que no arriesgan nada si es que no les es útil, que nos ofenden
diariamente al tratar de seguir formando parte de esa casta de parásitos
impresentables, que trabajan de martes a jueves en Valparaíso.
Pero mejor volvamos al IMACEC, para
que no me siga subiendo la bilirrubina al mencionar a estos buenos para nada.
Ya dijimos que este índice es una
estimación estadística, que refleja las actividades de los distintos sectores
económicos de Chile, a precios constantes, utilizando enfoques contables
aceptados internacionalmente, y que calcula un organismo autónomo y técnico,
como es el Banco Central de Chile, y cuya variación, representa una
aproximación de la evolución mensual del PIB (Producto Interno Bruto).
Junto con otros índices, dibujan el
horizonte que permite analizar las temporadas de alzas y bajas en el sector de
producción, y por tanto, en el mercado chileno.
Aunque el IMACEC no se puede
interpretar como una medición perfecta del nivel del PIB del país, es muy útil como
aproximación estadística, pues refleja objetivamente lo que será el crecimiento
anual de Chile.
Ayer, el Banco Central nos informó
algo que nunca pensamos escuchar, producto de la verdadera borrachera en que el
país se sumió las ultimas semanas. De hecho, la sociedad o parte de ella, nunca
había reaccionado, y menos con violencia callejera, cuando durante los 4
últimos años de administración de la ex presidenta Michelle Bachelet, todos los
indicadores macroeconómicos mostraban cifras mediocres.
Pero para cierto grupo de personas con
agenda disruptiva y antisistemica, se han empecinado en llevarnos a un estado
de situación que ha producido nocivos efectos en la economía.
De esta manera ayer supimos que el
IMACEC de octubre de 2019, cayó un 3,4% en comparación con el mismo mes del año
anterior. O sea, menos 3,4% por si acaso no entendió la cifra en toda su
magnitud. El mes registró la misma cantidad de días hábiles que octubre de 2018,
por tanto, la comparación de la actividad económica se levantó sobre la base de
las mismas variables.
Cuando llevamos este indicador solo a
la actividad minera, de manera de analizar el comportamiento aislado de este
sector económico, este creció un 2 %, mientras que el IMACEC no minero, es
decir aquel compuesto por todas las actividades de la economía excepto la
minería, cayó un 4,0%.
Podríamos aventurarnos y decir que lo
anterior se explica porque existen proyectos de la gran minería en plena
ejecución, cuya inversión estaba comprometida con años de anticipación, y no
por un factor especifico del ultimo periodo, como hubiera sido por ejemplo, el
alza en el precio del cobre, situación que sí vivió el gobierno de la ex
presidenta Bachelet, aun cuando la mediocridad general de su administración pudo
más, y esto no sirvió de nada.
Hablando de ese nefasto periodo de
gobierno, recordemos algunas cifras que nos servirán de contexto para entender
la profundidad del problema actual:
La economía chilena creció el año 2015
un 2,3%. El año 2016 creció 1,6%. El año 2017 creció 1,5%, y el año 2018 un
sólido 3,9%.
En cuanto al primer semestre de este
año, antes de la borrachera colectiva que nos azota, el crecimiento llegaba al
1,9% del PIB, lo que era ostensiblemente menor al proyectado, pero, que
respondía a las condiciones externas que nos afectaban: precio del cobre,
guerra comercial China – USA, bajo portafolio de inversiones privadas.
Ahora, y con toda seguridad, el
crecimiento será cercano a 0 o incluso negativo.
¿Pero sabe usted que significan estas
cifras? ¿Qué significa o cual es la diferencia que tiene para usted y su
familia que el país crezca un poco más o un poco menos?
Hablemos de tal forma que todos
entendamos de manera rápida y clara.
El crecimiento económico es
el aumento de la renta o valor de bienes y servicios finales, producidos por
una economía -generalmente de un país o una región- en un determinado
periodo. O sea, significa producir más, en un período determinado de tiempo,
generalmente un año.
Pero este crecimiento también puede
ser negativo, es decir, el valor de la renta o de los bienes y servicios que se
produjeron, pueden también ser decrecientes y negativos.
El crecimiento de un país, mide cuánto
se produce, no cómo se produce, ni qué efectos tiene, ni tampoco quién ni cómo
lo produce.
De ahí que el crecimiento económico
sea solo un medio, porque significa solo producir más, pero no un objetivo
último de un país, como algunos fundamentalistas de la economía señalan.
Siempre lo importante será el
desarrollo, que significa el mejoramiento en la calidad de vida de las personas
Para el caso de muchas personas que no
se encuentran trabajando, el crecimiento económico también es relevante y
tangible. De esta manera, vinculo que comunica este crecimiento con ellos, es
el gasto público, es decir, el gasto que ejecuta el Estado, ya sea por la vía
de mayores subsidios o inversión pública, y que busca mejorar la situación de
la población más vulnerable.
Y claro, mientras mayor es el crecimiento económico, más impuestos recauda el fisco, lo que permite aumentar el gasto público de forma responsable, y no artificial, o por decreto como lo hacen los países socialistas, y como también lo está haciendo el gobierno del presidente Sebastián Piñera.
Por cada punto de crecimiento, se
pueden recaudar en impuestos cerca de 700 millones de dólares adicionales. Considere
usted que un hospital de alta complejidad en Chile, puede costar cerca de 250
millones de dólares, por tanto, con cada punto de crecimiento económico, se podrían
construir casi 3 Hospitales de alta complejidad.
Cuando aumenta el tamaño de la
economía debido al crecimiento económico, las empresas, al querer aumentar su
capacidad productiva, contratan a más trabajadores, y muchas veces, para
retener a los más productivos, deben aumentar sus sueldos.
Es un círculo virtuoso, que en Chile
ha funcionado perfectamente los últimos 40 años, aunque algunos desmemoriados
hoy día, sigan tratando de convencernos de que todo ha estado mal.
Entre el año 1991 y el año 2015, Chile
creció a una tasa promedio del 4% anual, lo que significó entre otras cosas,
que nuestra economía se multiplicara 4 veces y media.
Son precisamente las cifras que aseguran
el Desarrollo, es decir, mejorar la calidad de vida de las personas y acortar
las brechas atávicas que siempre hicieron que, en nuestro país, tuvieran que
pasar 3 y hasta 4 generaciones, para que las familias cambiaran sus vidas.
Hoy eso no es así y esto, no ha sido
casualidad.
Volviendo a los resultados económicos,
en octubre ocurrió que la actividad económica del mes, se vio afectada por el
desempeño de las actividades de servicios, comercio e industria manufacturera,
o sea, todo lo que se quemó, todo lo que se saqueó, todo lo que se robó, por parte
de las hordas de delincuentes que esconden su vergüenza debajo de una capucha,
o simplemente, utilizando la complicidad de la noche.
Y eso que esto paso desde el día 18 de
octubre solamente. Ahora mejor ni pensar cuales serán los resultados para el
mes de noviembre…
Las actividades más afectadas fueron, educación,
cuestión que no les importa realmente a los mismos que reclaman por educación
gratuita y de calidad, transporte, servicios empresariales, restaurantes y
hoteles, esta ultima actividad, que golpea fuertemente a regiones como la
nuestra, que desde hace años tiene puestas sus fichas en esta industria sin
chimeneas.
Por su parte, la construcción tuvo un
comportamiento más positivo, quizás porque cuando se están desarrollando
proyectos, cuesta más caro detenerlos que terminarlos, sin embargo, la prolongación
de esta crisis, creada por la irresponsabilidad y la mala intención de algunos,
se reflejará con toda seguridad, en una fuerte caída de la actividad, como
fuente de empleo y de expansión de la economía.
¿Sabe usted como se sabe inmediatamente
y sin dudas cuando la actividad económica decae o entra en franca recesión?
Justamente cuando se paralizan los
proyectos y comienza el desempleo del sector en el sector de la construcción,
así que atentos cuando empiece a suceder aquello.
La verdadera duda no es sí la crisis
económica se prolongará o se hará más crítica, sino, el cuándo sucederá.
Las cartas ya están echadas. Ni
siquiera si hoy día retomáramos la normalidad en las actividades, permitiría
mejorar en lo inmediato, la caída libre que tendrá la economía chilena.
En síntesis, lo que nos demoramos 40
años en construir, aun con todas sus miserias, aun con todas sus limitaciones,
aun con todas sus carencias, tan solo nos demoramos 5 semanas en destruirlo, en
derribar sus fundamentos, en perjudicar justamente a la sociedad, al pueblo que
algunos insisten en ayudar.
¿Con esos amigos para que queremos
enemigos?
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