La Marea Roja... 12-XI-2019


El próximo clásico del pacifico, que jugarán Chile y Perú, se dará dentro de un contexto político e institucional alterado por razones tan distantes como distintas.
Dos de las economías más solventes de la región sudamericana enfrentan horas difíciles devenidas no por simple casualidad sino más bien, por una clase política corrupta que es la evidencia de instituciones públicas hace rato transformadas en botines electorales más que en sistemas centrados en el bien común.
Por su parte, ambas ciudadanías han observado este progresivo deterioro con una indolencia que de alguna forma se explica por democracias cautivas por los partidos políticos, pero también, y hay que reconocerlo, por la comodidad de ver como ambas economías van solucionando a velocidades progresivas, temáticas sociales que hasta hace solo algunas décadas parecían paradigmas escritos a fuego en el devenir de ambas repúblicas. Me refiero a la pobreza, a la esperanza de vida y al progreso material de las personas.
Perú estará de fiesta en su estadio y con sus hinchas.
Para Chile todo será diferente.
La marea roja probablemente acompañe débilmente en número, y sin el entusiasmo acostumbrado, a un equipo de fútbol que aún no cuadra, que aún no se recompone.
Es interesante entonces analizar a la llamada marea roja.
Cada vez que aparece esta floración, que siempre es la misma pero que a veces cambia de
protagonistas, causa innumerables daños al entorno, al sistema, a la economía y ciertamente al hombre.

Pero no a la futbolística, sino que a la otra que sospechosamente aparece en el panorama nacional.
Una marea roja, científicamente hablando, es una proliferación de una o distintas micro algas en cualquier cuerpo de agua en una zona determinada, y que tiene un efecto nocivo en otro organismo.
Se denomina así, debido a que, en algunos casos, y sólo en algunos, causa una proliferación de algas que consigue teñir las aguas de una tonalidad rojiza, debido a los pigmentos que algunos de estos microorganismos poseen. No obstante, a estos eventos se les denomina como Floraciones algares nocivas, ya que muchas veces no poseen coloración a la vista de las aguas.
O sea, la verdadera marea roja no siempre tiene ese color.
A veces pasa desapercibida y en otras, adquiere tonalidades amarillentas, azules, verdes o hasta tricolores. Esas aún no se ven, pero, así como va la cosa, al parecer, las empezaremos a ver más seguido en el panorama político.
Pero lo que siempre sucede es que cada vez que aparece esta floración, que siempre es la misma pero que a veces cambia de protagonistas, causa innumerables daños al entorno, al sistema, a la economía y ciertamente al hombre.
Para ella no hay vacunas, pero si recetas.
Por masiva que parezca, sentados desde la comodidad de un living o comentándola en la oficina sólo porque aún no golpea la puerta de su hogar, no resulta peligrosa cuando se le enfrenta con argumentos, con datos y con la ley.
Esta es siempre la forma más letal para ellas.
Porque no tienen argumentos que puedan sustentar, sólo largas liturgias aprendidas en libros del siglo XIX.
Se nutren de pasquines y de panfletos que cada cierto tiempo desempolvan y que calzan perfecto dentro de su relato.
Sus argumentos se cimentan en medias verdades, lo que siempre es una mentira, y se consolidan con la desidia o apatía de la inmensa mayoría que no entiende o no tiene claro que hay que salirles al paso.
Tampoco le gustan los datos. Les tienen tirria probablemente porque los deja expuestos y no tienen como contrastarlos empíricamente.
Pregúntele a algún partidario de la izquierda populista si el sistema que pregonan ha dado resultado en algún país o en algún momento de la historia.
Pregúntele si el modelo que proponen para Chile ha traído el mismo progreso, desarrollo y libertades que sí ha traído el capitalismo en la historia de la humanidad.
Hace 200 años, esto es antes de la llegada de las ideas de libre mercado, el 95% de la humanidad vivía en la miseria. Esa era la constante. El ingreso de las personas en aquella época era de 1 dólar diario en una época donde se estima en 1000 millones de habitantes en todo el planeta. Hoy 200 años después y con 7200 millones de seres humanos, el libre mercado ha resuelto un problema fundamental y sólo el 5% de la población mundial vive en condiciones de pobreza.
No le gustan los datos a estos microorganismos tóxicos y dañinos. Me refiero a la marea roja.
Tampoco le gusta la ley, o quizás, siempre le gusta solo cuando esta les favorece, les conviene o les asegura el poder político y económico. Como el fugitivo ex presidente de Bolivia, el hermano Evo Morales, que como no le gustó lo que la Asamblea Constituyente propuso el año 2007, presentó al año siguiente una reforma a la decisión del pueblo en el sentido de que se permitiría la reelección presidencial. De esta forma y con la complicidad de un Congreso mayoritariamente socialista, aprobaron la Constitución del 2009 con el articulo 168 modificado desde su casa matriz en Cuba.
No le gusta la ley porque en el fondo no les gusta la Democracia burguesa.
Les gusta el control, pero no ser controlados. Les gusta que la gente pague impuestos, pero como en Chile, aprueban que los partidos políticos que forman esta casta impresentable, no los paguen.
Por eso es que la Constitución que promulgó uno de los suyos, el ex presidente Ricardo Lagos, la sacrificaron junto a él a la primera de cambios.
Ahora con un gobierno que aun luchando contra sus demonios internos se ha propuesto jugar el partido en la cancha del cambio constitucional, tendrán que explicarles a sus feligreses como será levantarse todos los días con la Constitución de Piñera.

Artículo 60 de la Constitución Política: La pérdida del cargo parlamentario

Inciso 4°: “Cesará, asimismo, en sus funciones el diputado o senador que de palabra o por escrito incite a la alteración del orden público o propicie el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos de los que establece esta Constitución, o que comprometa gravemente la seguridad o el honor de la Nación.
Quien perdiere el cargo de diputado o senador por cualquiera de las causales señaladas precedentemente no podrá optar a ninguna función o empleo público, sea o no de elección popular, por el término de dos años…” 
"Cesará, asimismo, en sus funciones el diputado o senador que de palabra o por escrito
incite a la alteración del orden público o propicie el cambio del orden jurídico institucional
por medios distintos de los que establece esta Constitución,
o que comprometa gravemente la seguridad o el honor de la Nación".

Las otras 4 causales de cesación de cargos no forman parte de la presentación ante el Tribunal Constitucional, aunque una simple lectura de la norma, hace pensar que varios de ellos las infringen sin el mínimo de pudor. Por ejemplo: aquellos parlamentarios que intervengan en negocios o representación sindicales, o estudiantiles, o representando empresas o sus intereses, o infringiendo las normas de financiamiento electoral, o realizando gestiones ante la autoridad política o administrativo en beneficio de terceros. En fin, quizás esto les perturba y por eso plantean sin vergüenza alguna, la modificación constitucional que les permita actuar impunemente en ámbitos que de suyo, sobrepasan sus facultades y son abiertamente contradictorios con su calidad parlamentaria.
Y donde la ley es clara, esta no admite interpretación.
A esta hora y en tabla del Tribunal Constitucional, comienza a verse la admisibilidad a trámite del requerimiento presentado por 10 diputados oficialistas en contra de una serie de parlamentarios pertenecientes al Partido Comunista y al Frente Amplio que son imputados por haber quebrantado la ley que juraron o prometieron, observar y defender.
Una causa inédita desde el regreso de la democracia pero que tiene fundadas razones que se sustentan en su participación activa, en la organización y llamado a la desobediencia civil que ha trastornado al país las últimas semanas.
De esta manera este requerimiento Rol N° 7724-2019, busca que se declare “la cesación en el cargo de los parlamentarios” don Guillermo Tellier del Valle, Hugo Gutiérrez Gálvez, Carmen Hertz Cádiz, Karol Cariola Oliva, Camila Vallejo Dowling, Marisela Santibáñez Novoa, Daniel Núñez Arancibia, Boris Barrera Moreno, Amaro Labra Sepúlveda, todos feligreses del Partido Comunista de Chile, y de don Gabriel Boric Font, Gonzalo Winter Etcheverry y Claudia Mix Jiménez, militantes del Frente Amplio, un engrudo de izquierda sesentera. 
La izquierda populista y extrema, que admite el uso de la
violencia para conseguir sus fines, ha actuado de
manera destemplada contra el estado de derecho y el orden
 institucional, justamente las instituciones jurídico políticas
que preserva el ordenamiento constitucional.

La mayoría de las opiniones que uno puede observar en redes sociales y en las conversaciones diarias, es que esta presentación ante el TC, es una causa que no prosperará. Y yo opino lo mismo, lo reconozco.
Para el Tribunal Constitucional, que ha sido compuesto mayoritariamente por ministros, cuyos cargos han sido negociados entre los propios partidos políticos, esta presentación es una papa caliente que hubiesen preferido nunca les hubiese llegado.
Este examen de admisibilidad se entiende como la etapa preliminar donde el tribunal observa la forma, es decir, si se adscribe a las razones jurídicas objetivas para corresponder a una causa en donde este tribunal tiene jurisdicción.
De no sostenerse por alguna razón, digamos de forma, el requerimiento pasará al instante a mejor vida, pero como los asesores de estos parlamentarios, que pagamos Ud. y yo con nuestros impuestos, debieran superar una etapa tan elemental como simples aspectos formales, la admisibilidad debería estar garantizada, y solo en ese momento se iniciará un proceso que me temo, de dilatarse, será bencina con que prenderán las hogueras en Chile.
¿Pero cómo fallar ajustados a derecho si en su mayoría estos ministros le deben sus puestos a una casta política que siempre se ha defendido como una empresa privada, como una hermandad y aunque resulte ofensivo, muchas veces como una verdadera asociación ilícita?
Está difícil en medio de amenazas veladas y hasta actos violentos, como el que afectó hace unos meses al ex presidente Oróstica por parte de dos militantes del Frente Amplio en plena calle. Súmele Ud. la retórica empleada por estos mismos partidos y otros oportunistas que se suman a desacreditar la misma existencia de este órgano jurisdiccional, creado el año 1971 en pleno gobierno de Salvador Allende.
Pero para mí las razones para que este requerimiento no prospere, son distintas.
Creo y quiero que no sean cesados ni destituidos.
Si los llegaran a cesar comenzará un ataque orquestado, sistemático y sin miramientos contra todo lo que nos va quedando de institucionalidad y estado de derecho.
El verdadero comienzo del fin de la República que hasta hoy conocemos y para lo cual tienen verdadera vocación. Transformarán en víctimas inocentes a este ramillete de hombres y mujeres, paseándose por el mundo, y por cualquier barricada, culpando al imperialismo, a la derecha y a Pinochet, por una sentencia que los privará de los privilegios de los que viven.
No será nunca una condena, un deshonor o una sanción que para cualquier persona común constituiría una macula. Será una medalla, un ascenso dialéctico al pedestal desde donde acostumbran a pontificar, de cómo debe organizarse un estado centralizado, una economía cerrada, una población cautiva y coaccionada en sus libertades.
Porque esa parece ser la receta que les mantiene interesados y no aquella dirigida al bien común y a la profundización de una sociedad democrática y una economía libre.
Por eso desde ya le aviso a mi cura amigo, hombre de gran devoción y lealtad a la fe católica y a la Iglesia, que se haga un espacio en el confesionario hoy mismo.
Y a todos ustedes también les aconsejo, que mejor los pille confesados.

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