Nueva Constitución... / 15-XI-2019


Carabineros de Chile confirmó algo que ya todos sabíamos: de los más de 13.300 civiles que han sido detenidos, por saqueos y desórdenes públicos, desde que comenzó el estallido social en Chile, el 78% de ellos tienen al menos un arresto previo. Como si fuera poco, de la cantidad total de detenidos, un 51% de los arrestados cuenta con más de cinco aprehensiones anteriores.
"Estos criminales oportunistas, son los mismos que roban casas, hacen portonazos, cogotean a la pasada
 a las personas en las calles, saltan muros para robar, hurtan, y son los responsables del delito en Chile".

Ahora se constata por la vía de la evidencia estadística, lo que hemos venido diciendo las últimas semanas, periodo en donde estos delincuentes han desatado su Carnaval de Primavera.
Estos criminales oportunistas, son los mismos que roban casas, hacen portonazos, cogotean a la pasada a las personas en las calles, saltan muros para robar, hurtan, y son los responsables del delito en Chile.
Estos delitos tienen varias lecturas, diversos efectos y han vulnerado a un sinnúmero de personas.
Desde que comenzaron las movilizaciones el 18 de octubre pasado, los saqueos y los delitos contra la propiedad privada y pública, han sido la tónica más amarga con la que recordaremos estos viles eventos de primavera.
Los políticos, dando el ejemplo de cómo no deben hacerse las cosas, ampararon con sus omisiones, y a veces con declaraciones explicitas como las que tuvieron diputados frenteamplistas, la orgía de delitos que han afectado al país. Su discurso era algo así como que como eran grandes cadenas de supermercados, grandes tiendas y transnacionales, las que se veían dañadas importaba menos.
Sin embargo, los hechos demostraron todos los días que también estos vándalos, saquean y destruyen pequeños comercios, pequeñas empresas, pequeñas industrias.
¿Protestas para que los delincuentes cumplan las leyes? Sólo en el Chile de finales del 2019. Digno de estudio.

Así, de acuerdo al informe de Carabineros, el 88% de los detenidos por saqueos, algo así como 3.700 descerebrados, ya había sido arrestado previamente. Pero no sólo eso, su expertise en el crimen, señala que el 67% presenta antecedentes por más de cinco arrestos previos.
Ellos, también fueron parte de las manifestaciones. La única diferencia es que andaban con bolsas matuteras y con molotov, pero se codearon con familias enteras y hasta con alcaldes en la rotonda Tucapel, solo para ejemplificar con el caso de Arica.
De los angelitos que han sido detenidos sólo por desórdenes, un 63% de los detenidos ya había estado en alguna comisaría de Carabineros, y no para llevarles flores por el día de la institución. De este grupo, el 30% tiene más de cinco detenciones previas.
Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos sobre ¿quién se hace responsable por haber provocado tanto daño al país? ¿Qué político o agrupación social se responsabiliza por los efectos que tuvieron sus llamados a huelga general, a manifestaciones masivas, a actos de protesta que terminaron siempre en destrozos y violencia?
Pero la irresponsabilidad no queda ahí.
Ayer, la cámara de diputados aprobó la resolución N° 820 que solicita al presidente de la República las acciones para que el Ministerio Público nombre a un fiscal especial para que investigue los delitos relativos a los desordenes públicos y maltratos a la autoridad, en el contexto de las manifestaciones recientes.
El diputado socialista de Arica, don Luis Rocaful, votó en contra de nombrar a un fiscal especial para que investigue los delitos. Por su parte el diputado del frente amplio Vlado Mirosevic ni siquiera estuvo en sala para votar. No llegó a trabajar y no sólo eso, ni siquiera optó por parear el voto con otro diputado ausente. Sencillamente no llegó.
Impresentables y ahora sí que la palabra se justifica plenamente.
Yo no quería decirlo, pero me siento obligado a hacerlo: no le parece a Ud. que estos diputados por Arica ¿hasta regalados son caros?

Acuerdo por la paz...


Chile Vamos y la oposición, con la auto exclusión del partido Comunista -como siempre- lograron un acuerdo histórico para que nosotros, los ciudadanos, definamos la posibilidad de redactar una nueva Constitución.
Desde el primer momento hemos dicho que los problemas que generaron, que crearon y que nos legaron los políticos, los resolveríamos las personas. Y así será.
Agobiados por la realidad, los partidos políticos en un verdadero afán de supervivencia, lograron un acuerdo de dos hojas, en donde se busca una salida institucional, esto es, bajo el estado de derecho, a la principal razón esgrimida como base para este descontento social tan extendido.

La verdad es que el presidente Piñera no estaba jaque mate. Solo tenía un jaque que dio vuelta, y de manera resuelta y clara, tomó el liderazgo de la situación.
Cuando hace unos días propuso un triple acuerdo por la Paz, la Justicia y la Nueva Constitución los dejó sin piso, sin movida, sin argumentos para quedarse fuera. Impuso el criterio institucional, preservando no solo su mandato, que nunca estuvo en riesgo porque hasta la locura tiene sus límites, sino que la propia Democracia. Ese sistema tan cuestionado por muchos, pero tan necesario para todos.
De esa forma los únicos que no entendieron el mensaje y apostaron como siempre, a seguir estirando el chicle, fueron los impresentables del partido comunista, los humanistas y otra serie de organismos de la izquierda extrema que pulula por ahí. Da lo mismo. Solo representan su odio y su falta de empatía con la sociedad.
El mecanismo para que todo esto suceda, comenzará con un plebiscito, para que sea la ciudadanía quien defina si quiere o no una nueva Constitución Política, referéndum que se llevará a cabo en el mes de abril de 2020. 
Solo partidos extra sistema y que desprecian la Democracia, como el partido Comunista, se restaron
de esta acuerdo nacional por la Paz, la Justicia y una Nueva Constitución. Nada nuevo bajo el sol.

Ahí debemos realizar una primera reflexión porque las alternativas serán Si quiero una nueva Constitución, o NO quiero una nueva Constitución.
¿Estarán dispuestos a aceptar el voto negativo, es decir, que la ciudadanía decida que no quiere una Nueva Constitución? ¿Y si lo aceptan, a que costo?
La pregunta que todos podemos empezar a hacernos es qué pasará con el país si gana el NO, es decir, la opción Rechazo.
¿Al día siguiente amaneceremos quemados, saqueados y vandalizados, y con los mismos que hoy firman este acuerdo justificando el descontento de esa parte de la sociedad?
Pero si gana la opción de crear una nueva Constitución, las personas además, deberemos definir con qué tipo de mecanismo se realizará el proyecto constitucional. Vía Convención mixta, esto es integrada por diputados seleccionados y ciudadanos electos especialmente para este efecto en una proporción igualitaria de sus integrantes, o por Convención Constitucional en donde serán solo los ciudadanos elegidos los que actúen como órgano constituyente.
Será en este caso, en la elección del 25 de octubre del 2020 donde se elegirán los alcaldes y concejales, los gobernadores regionales, cuando también elijamos a los ciudadanos constituyentes.
Ningún diputado o senador que quiera integrar estas convenciones de manera electa podrá continuar en sus cargos públicos. Deberán renunciar, pero, además, tendrán un impedimento de 1 año posterior al termino del proceso para postularse a cargos de elección popular.
Esa sí es una buena noticia.
La misma prohibición regirá para los ciudadanos elegidos como constituyentes No podrán presentarse como candidatos al parlamento o a la presidencia de la república en la siguiente elección.
Cada norma constitucional deberá ser aprobada en la instancia de las Convenciones con un 66,6% de los votos de los constituyentes.
De esta forma se aúnan criterios, se promueven los acuerdos, se evita el conflicto y por sobre todo, nos protegemos de las locuras que eventualmente puedan promover populistas de izquierda o de derecha.
Eso es lo que no le gustó al Partido Comunista. Que los cambios tuviesen un quorum mínimo.
Por eso se restó. Porque no soportan la democracia representativa, no soportan que sean las mayorías las que definan el futuro de las naciones Porque no entienden que Chile no es laboratorio de ninguna de sus ideologías socialistas fracasadas, que solo han traído destrucción, hambre y pobreza cada vez que estas se han apoderado de un país.
Finalmente, el proyecto de nueva Constitución deberá ser presentado al presidente de la República, quien deberá convocar a los ciudadanos durante el año 2021 o 2022, a aprobar o rechazar esta nueva Constitución, en votación obligatoria, lo que no parece desproporcionado pues imagínese que participe tan solo un porcentaje de los ciudadanos con derecho a voto. Quedaríamos en las mismas, dándole argumentos a los termocéfalos para que argumenten contra su representatividad.
En los casos en que la ciudadanía vote que NO, tanto en el mes de abril del 2020 o en el año 2021, continuará rigiendo la Constitución del año 2005 firmada por el presidente Ricardo Lagos.
De ser aprobada, la nueva Constitución llevará la firma del presidente Sebastián Piñera Echenique.
En ese evento, prometo en este mismo momento, regalarle una copia de la constitución firmada por el presidente, a un viejo amigo comunista recalcitrante y porfiado, pero buen amigo, el cual nos escucha a diario, y por supuesto, eso lo mantiene con una permanente alza de presión.
Para ti estimado amigo, a ver si puedes vivir con eso.
Finalmente, y hablando de una manera más mesurada, los fuertes eventos que hemos tenido que vivir en las ultimas semanas, el grave daño patrimonial y emocional que han sufrido millones de personas incluyendo niños, nos deben hacer reflexionar sobre nuestra propia responsabilidad en toda esta situación.
Hoy, la patria, la república, la nación nos necesita. Nos llama a servirla, nos llama a cuidarla y a proyectarla en el tiempo.
Ningún partido político, religión, grupo o creencia puede por si solo, determinar nuestro futuro. Ningún líder puede ni debe intentar determinar el futuro que al país tanto le ha costado construir.

Es el momento que nosotros los ciudadanos resolvamos nuestras diferencias con los votos de la paz, del acuerdo, del proyecto común. En este evento, nadie conseguirá y ojalá que no pretenda hacerlo, el 100% de sus reclamos o aspiraciones. Tampoco nadie resolverá sus propios problemas personales de manera individual. Eso sería perpetuar uno de los males que nos trajo a este punto.
Será la historia que le contaremos a nuestros descendientes, a nuestros amigos, a quienes nos pregunten luego, por la fórmula para poder superar una crisis de esta magnitud.
La respuesta que le demos a todos ellos marcará la verdadera diferencia y desde acá, desde esta mesa de opinión, deseamos que esta respuesta sea siempre: respetando la Democracia y asegurando la Libertad.

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